El tiempo ha dado la razón a quienes sostenían que el propósito de los ataques israelíes contra Gaza no era “defenderse de los ataques con cohetes” caseros provenientes de la franja. La defensa de Israel ha sido siempre el pretexto, el exterminio del pueblo palestino el verdadero objetivo histórico de los sionistas.
El ataque a objetivos civiles como escuelas, plantas de electricidad, o acueductos y los miles de muertos inocentes, entre ellos niños, lo atestiguan.
La destrucción provocada por estos ataques ha creado una situación socio-económica que amenaza con convertirse en catástrofe humanitaria.
En Gaza, según un comunicado del Banco Mundial, el 43% de población se encuentra sin trabajo, siendo esta muy probablemente la mayor tasa de desempleo del mundo. Entre los jóvenes, este porcentaje se eleva hasta el60%.
A toda la destrucción de la infraestructura productiva palestina se suma el criminal bloqueo impuesto a la Franja por Israel y el vecino Egipto, que ha provocado una reducción del 50% del producto interior bruto del territorio palestino.
De no haberse provocado tal destrucción ni el inhumano bloqueo -reconoce elBanco Mundial en su informe- la economía sería cuatro veces mayor de lo que es a día de hoy.
Lo cierto es que más allá de estas cifras el sufrimiento humano es inmenso.
El 80% de la población de Gaza que necesita asistencia social y cuatro de cada 10 personas viven por debajo del umbral de la pobreza.
Cómo se organizan, con qué recursos se cuenta para hacerlo, si el ingreso real per cápita se redujo en un 31% respecto a 1994.
En ese sentido se expresó el director del Banco Mundial para Gaza y Cisjordania, Steen Lau Jorgesen.
“El continuo bloqueo y la guerra de 2014 - dijo Jorgesen, se cobraron su precio en la economía de Gaza y el sustento de la población. Las exportaciones de Gaza prácticamente desaparecieron y el sector manufacturero se redujo en un 60%”.
“La economía no puede sobrevivir sin estar conectada al exterior” -concluyó el funcionario.
Por último, el informe que será presentado oficialmente la próxima semana en una conferencia de donantes en Bruselas, subraya la poca calidad de servicios públicos como la electricidad, el agua o el alcantarillado, y el grave estado salud psicológica de la población, especialmente de los niños.
En dicho informe se consigna que “un tercio de los niños de Gaza mostraron signos de desórdenes de estrés postraumático”.
En definitiva, si comparamos los resultados de este informe y el dato desproporcionado de víctimas palestinas con los 66 soldados israelíes y los seis civiles muertos en el bando del Estado sionista la conclusión resulta obvia.
“No era la eliminación de los túneles terroristas […] diseñados para matar a nuestros hijos y ciudadanos de paz", como cínicamente declarara Netanyahu ante los medios de comunicación, la razón de sus ataques contra la Franja.
El plan de exterminio del pueblo palestino a manos de Israel no recurre a los hornos crematorios. En Gaza, Israel, con un pretexto absurdo, prefiere lanzar un ataque desproporcionado tras otro, destruir las condiciones de vida de la población, y dejar que los palestinos se vayan extinguiendo por inanición y enfermedades.
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