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martes, 2 de junio de 2015

La historia del estudiante por el que se movilizan en Chile

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Su rostro cuelga en un afiche gigante en la fachada de la Universidad de Chile, ícono de la educación de ese país. Y por él, decenas de miles de personas salieron el jueves a las calles de las principales ciudades chilenas a marchar.


Pero Rodrigo Avilés no lo sabe. No tiene idea, ni conciencia de lo que ha movilizado. Desde que se golpeó la cabeza contra el suelo el 21 de mayo pasado está en coma.

Ocurrió luego de que el carro lanzaaguas de la policía le disparara un chorro directo, mientras marchaba exigiendo educación gratuita y de calidad.

Un 21 de mayo ajetreado

El 21 de mayo en Chile es una fecha importante. Un feriado que conmemora un combate naval, pero en términos políticos es el día que el presidente de la República rinde cuenta anual.

Diversos sectores sociales habían organizado marchas para protestar en Valparaíso, ciudad donde se encuentra el congreso. Y a unas cuadras del Parlamento Rodrigo, de 28 años, estudiante de Letras de la Universidad Católica de Chile marchaba con la Unión Nacional Estudiantil (UNE).

“Estaban en la vereda. Conozco muy bien a la UNE, la mayoría son de la Universidad Católica, pacíficos, marchan con las banderas en alto. Nosotros fuimos bastante más desordenados que ellos”, le dice a BBC Mundo Félix Avilés, padre de Rodrigo. Félix fue un activo opositor al gobierno militar de Augusto Pinochet y en su época universitaria también salió a las calles.

A pesar de que, según testigos, el grupo marchaba pacíficamente, Carabineros -la policía chilena-, desplegó su unidad de Fuerzas Especiales, encargada de dispersar a los manifestantes y de evitar saqueos. Varios efectivos y dos carros lanzaaguas (conocidos localmente como “guanacos”) llegaron al lugar.

Allí, uno de los carros le disparó a Rodrigo a quemarropa.

“Yo levanté a Rodrigo, traté de ver su pulso, si estaba consciente, que no estaba. Estaba perdiendo sangre. En el momento de levantarlo llega Fuerzas Especiales, empiezan a separar a todos los que estábamos ayudando y dejan a Rodrigo en el piso”, le relató el estudiante Esteban García a Canal 13.

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Lesión cerebral

Según García, los policías tomaron a Rodrigo y lo metieron en un camión policial “en calidad de detenido”. Rodrigo estaba inconsciente y su cabeza sangraba.

Félix Avilés no tiene claro si quedó registro de la detención de Rodrigo, porque no hay parte. Lo que sí sabe es lo que pasó después de su caída, según registros a los que ha tenido acceso: la policía, al ver que estaba inconsciente y sangrando, abandonó el lugar.

Sólo quedó el capitán a cargo de la operación. Un médico civil, que observaba la situación, se acercó a prestar ayuda y le exigió a la policía que lo llevara a un hospital.

Ingresó en estado grave, una herida contusa y un hematoma subdural, por una lesión intracerebral, según el parte médico dado a conocer por el hospital.

“Llegó con una presión intracraneana de 45, la normal es 15. Llegó a un punto crítico de 60, lo cual para cualquier ser humanos significa muerte segura, pero este pelado la peleó, se aferró a la vida”, le cuenta su padre a BBC Mundo.

Según Félix, una de las cosas que mantiene a su hijo con vida contra todo pronóstico es su trayectoria como deportista. Desde los cuatro años entrenó hockey en patines, fue seleccionado nacional y pasó toda su adolescencia entrenando de cuatro a cinco horas diarias.

Sólo dejó de hacer hockey por la otra razón que lo aferra a la vida, según su padre: su hija Emilia. Fue padre a los 17 años, por lo que tiene una relación muy cercana. “Conversan, juegan, son compinches”, cuenta el abuelo de Emilia.

#FuerzaRodrigo

Con Rodrigo en el hospital, la primera reacción de la policía chilena fue desligarse de toda responsabilidad.

Según la versión oficial del 22 de mayo, Fuerzas especiales estaban controlando una situación de saqueo cuando “Carabineros encontró en el piso al estudiante de 28 años, quien presentaba una herida cortante en la cabeza y un estado de seminconsciencia, al parecer, debido a una caída por las condiciones existentes del terreno”.

Sin embargo, quienes fueron testigo de lo que ocurrió tenían otra versión. Y comenzaron a comentar los hechos en redes sociales, distribuir fotos y videos. El hashtag FuerzaRodrigo comenzó a viralisarse y los medios tradicionales a comentar el caso.

Evaliz Morales

“Desde Bolivia pendientes de la recuperación del compañero Rodrigo. Estamos en alerta los jóvenes latinoamericanos”, publicó Evaliz Morales, hija del presidente de Bolivia, Evo Morales, en su cuenta de Twitter con una foto de ella sosteniendo un cartel con #FuerzaRodrigo #NoMásRepresión.

Los mensajes de apoyo también cruzaron el océano. El español Pablo Iglesias, líder de Podemos, también se fotografió con un cartel #FuerzaRodrigo. “Desde España deseamos la recuperación del compañero chileno Rodrigo. Ánimo compañeros”, dijo a través de Twitter.

Y en Chile uno de los principales humoristas que cuenta con un espacio semanal con su personaje Yerko Puchento en uno de los programas más vistos del país le dedicó su última rutina a Rodrigo.

“A todos los jóvenes que han visto frustrados sus ideales a punta de lumazos, esta rutina es para todos ellos”, dijo abriéndose el traje para mostrar una camiseta con el rostro de Rodrigo.

El abrazo de la presidenta

El caso de Rodrigo detonó una amplia discusión pública sobre el límite del uso de la fuerza de la Policía.

Félix Avilés fue recibido por el ministro del Interior a quien le expuso su preocupación no sólo por la salud de su hijo, sino por el actual protocolo del accionar de la policía ante las manifestaciones.

“Le pedí que revisara tres cosas: los protocolos que carabineros usa en estas circunstancias, porque pareciera que los manifestantes son enemigos de la patria más que ciudadanos con derechos; la evaluación de los currículum y mallas académicas de los oficiales que tienen a cargo el entrenamiento de Fuerzas Especiales y el análisis de la evaluación del personal que se incorpora a ellos, porque no se puede poner a administrar un gatillo a un señor que tiene un trastorno psicológico severo, por ejemplo”, cuenta Avilés, quien es abogado.

Saliendo de la oficina del ministro, Félix Avilés recibió un abrazo muy especial. En el patio del palacio de gobierno, la propia presidenta Bachelet se le acercó. “Me contaron [que estaba aquí] y no puedo no darle un abrazo”, le dijo Bachelet a Avilés.

El jueves, tras conocerse un video exclusivo captado por un dron y publicado en TVN donde se muestra claramente que el carro lanzaaguas, contrario a los protocolos, lanzó el chorro de agua a quemarropa, a menos de cinco metros y directo al cuerpo de Rodrigo, Carabineros admitió su responsabilidad en el hecho y dio de baja al policía que manejaba el carro.

Pero la familia no está tranquila. “Yo voy a exigir a que aquí las responsabilidades no se concentren en el que apretó el gatillo del chorro. Esta institución es jerárquica y no se aplican políticas al antojo de cada cual. Aquí hay responsabilidades administrativas desde el alto mando para abajo. Y responsabilidades políticas. Todo el que haya estado involucrado en la estrategia para la manifestación del 21 de mayo tendrá que responder”, asegura Avilés.

El jueves, una semana después de que Rodrigo terminara inconsciente en un hospital, su padre, su madre y su hija marcharon por las calles de Valparaíso bajo el lema #NoMásRepresión.

Y con ellos, decenas de miles. “Nadie se imaginó esto. El caso de Rodrigo se ha transformado en un hecho político, social, en el ícono de lo que no queremos ni en Chile ni en ninguna parte del mundo”, asegura su padre quien no pierde la esperanza de que un día su hijo despierte para verlo con sus propios ojos.

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El momento en el que Avilés es alcanzado por el lanzaaguas. Foto: Reuters

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