El Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM) ubicado en la localidad de Doral, Florida, es uno de los nueve Comandos de Combate unificados en el Departamento de la Defensa, responsable de brindar planes de contingencia y operaciones en América del Sur, Central y el Caribe. Tiene a su disposición una amplia gama de posibilidades para ser empleadas con ventaja sobre los países de la región, incluyendo el chantaje, evidencias difamatorias acumuladas por los servicios especiales norteamericanos, corruptelas habituales, como por ejemplo, la oferta de sobornos a funcionarios políticos y militares. La presencia militar la justifican por la necesidad de incrementar las actividades militares multinacionales y las operaciones de contingencia. La Base Aérea de Soto Cano, más conocida como Base Aérea Palmerola, es una base militar hondureña que ocupa una extensión de 8 kilómetros cuadrados al sur de Comayagua, es utilizada por los militares norteamericanos desde el año 1983 alberga a la Fuerza Conjunta de Tarea Bravo (JTF-B) la cual incluye a las ARFOR (Fuerzas del Ejército) a AFFOR (Fuerzas de la Fuerza Aérea), JSF (Fuerzas Conjuntas de Seguridad) y al Primer Batallón 228 del Regimiento del Aire que consiste en unos 18 aviones, un conjunto de helicópteros UH-60 Blackhawk y CH-47.
A los latinoamericanos todo el tiempo se les recuerda que las operaciones humanitarias realizadas por el JTF-B incluyen misiones de socorro tales como cuando el Huracán Stan en Guatemala el mes de octubre del 2005 y de apoyo como la Operación Respuesta Unificada en Haití el año 2010 cuando el país sufrió enormes daños a consecuencia de un terremoto.
Algunas cosas son silenciadas. Por ejemplo, Estados Unidos invadió a Panamá (Operación Causa Justa) en el mes de diciembre de 1989 con el pretexto de salvaguardar las vidas de ciudadanos norteamericanos y restaurar la democracia. El número de ciudadanos panameños muertos, no obstante, nunca es mencionado por los propagandistas norteamericanos.
La Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, ALBA es considerada como una amenaza geopolítica por Estados Unidos. Algunos miembros de la Alianza, tales como Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia no están bajo el control de Washington. Estos países implementan políticas independientes y son considerados como enemigos de Estados Unidos. El gobierno de Obama ha lanzado una campaña subversiva sin precedentes contra el gobierno de estos estados. La expansión de la cooperación entre estos gobiernos y China provoca ataques de nervios en Washington. Con mucha frecuencia, los medios latinoamericanos ofrecen publicaciones en estilo guerra fría, por ejemplo: Rusia Hace Demostraciones de Fuerza en Centro y Sur América. Moscú de Manera Agresiva Restablece Influencia en América Latina. Militares Rusos Actúan de Manera Más Asertiva en el Caribe. Las amistosas visitas de unidades navales y de bombarderos estratégicos rusos se utilizan como pretexto para agudizar tensiones a través de los medios. Por ejemplo, uno de ellos informó el año pasado que un navío recolector de inteligencia se estaba desplazando en el Golfo de México y en las cercanías de la costa este de Estados Unidos.
Ancló en La Habana varias veces.
Luego la información fue complementada por una serie de acusaciones contra Rusia, incluyendo algunas en extremo disparatadas. Douglas Farah, conocido como portavoz del Pentágono y de la Agencia Central de Inteligencia, CIA declaró ante el Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental del Senado el día 17 de marzo del 2015 “El gobierno de Maduro es el componente central de la actual empresa criminal que involucra a varios estados y que es llevada a cabo conjuntamente con Irán y la creciente presencia de Rusia, cuyo principal objetivo estratégico es aferrarse al poder por cualquier medio posible y causar daño a Estados Unidos y a sus aliados.” (1)
El gobierno de Obama es particularmente hostil hacia el gobierno de Venezuela. Abriga la esperanza que la caída de Nicolás Maduro desate una reacción en cadena entre los estados que componen el ALBA. En el mes de diciembre de 2014 el presidente Obama firmó el Acta de Venezuela por la Defensa de los Derechos Humanos y de la Sociedad Civil de 2014 promulgándola como ley. A través de esta, impuso sanciones dirigidas a ciertos individuos de Venezuela supuestamente responsables de violaciones a los derechos humanos durante las protestas contra el gobierno el años 2014. Más de diez millones de personas a través del mundo han puesto sus firmas en protesta contra el Acta. Algún tiempo ha transcurrido desde que el presidente Obama emitió el decreto de fecha 9 de marzo de 2015 declarando a Venezuela como amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, sancionando a siete individuos y expresando su preocupación en torno al tratamiento del gobierno venezolano a los opositores políticos.
Según el decreto los siete individuos identificados en la orden, tendrán sus propiedades e intereses en Estados Unidos bloqueados o congelados y a ellos se les negará la entrada al territorio de Estados Unidos. Los ciudadanos norteamericanos también tendrán prohibición de hacer negocios con ellos.
Habitualmente funcionarios de gobierno norteamericanos acusan a Venezuela de violaciones a los derechos humanos, de militarización del país, represión a los medios independientes y a las organizaciones no gubernamentales. Estos funcionarios pronostican el inminente colapso de Venezuela regida por el gobierno de Maduro. El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el general John Kelly, dijo el 9 de marzo pasado durante una audiencia en el Senado que Venezuela estaba “cerca del colapso y de la implosión” debido a “su triste situación económica.”
El general norteamericano se refirió a la “triste caída” de Venezuela en una “atrofia económica” causada por la inflación y la escasez de algunos productos de primera necesidad. Como anfitrión de la Cumbre de la Seguridad Energética del Caribe en enero pasado, el vicepresidente Joe Biden, dijo que los días de Nicolás Maduro en el poder estaban contados y que los problemas económicos de Venezuela harían que ella suspendiera la venta de petróleo con descuento.
El Comando Sur aumenta su presencia en la región mientras la alharaca se alza a consecuencia de los esfuerzos propagandísticos. Estados Unidos cuenta con un considerable potencial militar en América Latina. Instalaciones militares norteamericanas se encuentran en Costa Rica (Liberia), El Salvador (Comalapa), Puerto Rico (Roosevelt), Curazao (Hato Rey) y en Cuba (Guantánamo). Y la lista sigue.
En el pasado mes de enero, la República Dominicana firmó un pacto de reciprocidad con Estados Unidos con el objeto de ampliar la cooperación con personal militar norteamericano estacionado temporalmente en el país caribeño. El acuerdo fue firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Navarro y el embajador norteamericano, James W. Brewster. A la ceremonia asistió el Ministro de la Defensa dominicano, William Muñoz Delgado y el General John Kelly, jefe del Comando Sur de Estados Unidos. John Kelly, figura central en la ceremonia estaba radiante. Según el embajador Brewster, el personal norteamericano en la República Dominicana participará en los programas de entrenamiento, ejercicios militares, operaciones humanitarias y otras actividades. Andrés Navarro dijo que el acuerdo le brindará al personal militar y civil norteamericano en misiones temporales, arreglos expeditos para visitas, ejercicios y otras actividades. “El gobierno de la República Dominicana reconoce el valor de los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos a través del Comando Sur en la ardua tarea de combatir el narcotráfico, operaciones de seguridad y de inteligencia y apoyo a actividades similares en el país y en nuestra región, lo cual demuestra una vez más que los vínculos de amistad entre nuestros países,” dijo Navarro.
A fines del mes de marzo, un contingente adicional de militares norteamericanos llegó al Perú. Actualmente, hay por lo menos tres mil quinientos soldados norteamericanos estacionados en Perú. Formalmente, la misión consiste en brindar apoyo a los militares peruanos en su lucha contra Sendero Luminoso (organización insurgente de guerrilla maoísta) y contra el narcotráfico. El personal militar norteamericano está especialmente activo en las áreas cercanas a la frontera entre Perú y Bolivia, Ecuador y Brasil. Analistas políticos peruanos sostienen que el presidente del Perú, Ollanta Humala, no es capaz de oponerse a Estados Unidos en sus esfuerzos por aumentar su presencia militar en el país.
Las noticias sobre la base aérea norteamericana en Honduras han sido notorias últimamente. Las autoridades militares hondureñas anunciaron el 27 de marzo pasado que unos 250 marines de la Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra, llegarán pronto y se estacionarán en la base aérea de Estados Unidos en Soto Cano agregándose a los 600 efectivos estacionados allí anteriormente.
Equipados con catamaranes JHSV Spearhead de alta velocidad, por lo menos cuatro helicópteros CH-53E Super Stallion y posiblemente vehículos de despegue vertical MV-22 de rotor inclinado y tanqueros KC-130 Hércules como parte de la Fuerza de Tarea de Propósito Especial Aire-Tierra-Sur. La versión oficial sobre su misión es “llevar a cabo entrenamiento de fuerzas en la región, misiones de asistencia humanitaria y operaciones anti narcotráfico.” Está planificado para el futuro cercano ampliar las capacidades de transporte de la agrupación.
Eso es lo que el General de la Marina, John Kelly mencionó en la Conferencia de Seguridad Regional Centro Americana 2015 celebrada en Tegucigalpa el pasado 25 de marzo. El evento reunió a representantes de Colombia, Honduras, México, Guatemala, Panamá, República Dominicana, Chile, Costa Rica y otros estados de América Latina. El general hizo hincapié en que la creación de la fuerza era un paso necesario para mantener la capacidad de respuesta oportuna en situaciones de contingencia en la región.
El Secretario General de la Unión de Naciones Sur Americanas, UNASUR, Ernesto Samper, señaló que los países latinoamericanos deben discutir el retiro de sus territorios de todas las bases militares de Estados Unidos. Según él, el problema debería ser discutido en la séptima Cumbre de las Américas en Panamá pautada para el 10 y 11 del corriente. El secretario general de UNASUR sugiere que la cumbre sería una buena ocasión para “reevaluar las relaciones entre Estados Unidos y América del Sur.” “Un buen punto en la nueva agenda de las relaciones (en América Latina) sería la eliminación de las bases militares de Estados Unidos”, hizo hincapié el ex presidente de Colombia a la agencia de noticias EFE. Samper agregó que las bases son “un remanente de los días de la Guerra Fría y otras contradicciones.”
La próxima cumbre difícilmente va a influir en los planes estratégicos del SOUTHCOM. Durante una audiencia en el Congreso el día 12 de marzo del 2015 el General John Kelly dijo que “Rusia está aplicando una proyección de poder con la intención de erosionar la influencia norteamericana en el Hemisferio Occidental…. Rusia ha cortejado a Cuba a Venezuela y a Nicaragua para tener acceso a puertos y bases aéreas para el reabastecimiento de sus unidades navales y bombarderos estratégicos que operan en el Hemisferio Occidental.”
Estados Unidos implementa una política que apunta hacia el retorno de la Guerra Fría al Hemisferio Occidental. Estados Unidos hará lo mejor que pueda para contrarrestar el proceso de integración que se está dando en América Latina, especialmente en el campo de la cooperación militar. La interacción y la integración final de lo militar del ALBA y de la UNASUR es uno de los problemas más agudos de la agenda.
Venezuela es un claro ejemplo. En el mes de marzo unos 80 mil militares y unos 20 mil civiles participaron en lo que el gobierno denominó la “Operación Escudo Bolivariano”. El gobierno venezolano considera que la unión cívico-militar debe ser la piedra angular de su política nacional. El ejercicio se montó con el objeto de incrementar la capacidad para repeler una agresión de parte de Estados Unidos, si fuera necesario. “Venezuela no es, ni será una Libia, ni un Irak, Venezuela es Venezuela, una tierra de paz y nosotros queremos que se mantenga así,” indicó el Presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Unidades navales de Venezuela y Rusia realizarán el ejercicio VenRus-2015 durante la segunda mitad del año en el Mar Caribe. Un grupo de unidades navales de combate de la Flora Rusa del Mar del Norte, incluyendo al crucero misilístico nuclear “Peter El Grande” como buque insignia participará en el ejercicio de entrenamiento.
0 comentarios:
Publicar un comentario