La prohibición para vender productos de Coca-Cola en Bélgica, determinada anteayer por las autoridades sanitarias locales, se extendió ayer a Francia y a Luxemburgo.
La decisión fue adoptada por los respectivos gobiernos, tras conocerse que ya son más de cien los niños intoxicados en esa región de Europa, después de haber consumido la bebida.
Por pedido de la multinacional norteamericana, también serán retiradas del mercado holandés las gaseosas fabricadas en Bélgica, que representan el 10 por ciento del stock en circulación en ese territorio.
Según admitió ayer el director general de Coca-Cola en Bélgica, Philippe Lenfant, las náuseas, diarreas, mareos y dolores de cabeza ocasionados por la bebida a sus consumidores se deben a un error de elaboración en su planta de embotellamiento situada en el puerto de Antwerp, donde se utilizó un anhídrido carbónico equivocado (este insumo es el que se emplea para obtener sus burbujas características).
Pero eso no es todo. Coca-Coca también admitió que una partida de latas para el mercado belga de la planta francesa de Dunkerque se contaminó como consecuencia de una reacción química provocada por un fungicida.
Los primeros trastornos digestivos y neurológicos en niños fueron reportados en Bélgica hace una semana y oficialmente ya suman 115 las víctimas. Sin embargo, un consejero del Ministerio de Salud indicó en declaraciones radiales que los afectados "son más de 200".
Los síntomas que identifican al malestar son mareos, vómitos y dolores de vientre.
Horas antes de que se dieran a conocer en Europa los motivos que ocasionaron la intoxicación masiva, la casa matriz de la marca de bebidas, en los Estados Unidos, había cuestionado en duros términos la decisión del gobierno belga de retirar de la venta alrededor de 15 millones de botellas por tiempo indeterminado.
En Francia, donde se produjeron otras dos intoxicaciones en una ciudad fronteriza, la suspensión de la comercialización se limita a las latas metálicas de Coca-Cola, Fanta y Sprite fabricadas en la planta de Dunkerque, en el norte del país.
En Luxemburgo, en tanto, las autoridades ordenaron el retiro del mercado de todos los productos de la compañía y aconsejaron evitar el consumo de todos los productos elaborados por la firma, incluyendo sus líneas de jugo Minute Maid. También dispusieron el funcionamiento de una línea de consultas para brindar información a los consumidores.
La decisión de Coca-Cola de retirar por propia voluntad las botellas de un litro que se encontraban a la venta en Holanda se mantendrá hasta que las autoridades sanitarias de este país finalicen con una serie de pruebas de laboratorio para determinar que "no hay ningún riesgo para el consumo", justificó Win Zijerveld, gerente de la embotelladora local de la compañía fabricante de la gaseosa.
PAPELES EN BAJA
El precio por acción de Coca-Cola Company en la Bolsa de Comercio de Nueva York cayó ayer US$ 1,25, al cerrar a US$ 63,56.
Anteayer, cuando todavía no se conocía la suspensión de ventas en Francia, Holanda y Luxemburgo, la cotización de cierre había sido de US$ 64,81 por papel. .
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