MI CAUSA ES LA CAUSA JUSTA

domingo, 5 de julio de 2015

‘Es como si estuviéramos en el Chile de Allende y no en Grecia’


El jueves estuve en una concentración de solidaridad con Grecia en Sevilla. La falta de una megafonía adecuada impidió que se caldeara el ambiente. Todos nos fuimos con una sensación de vacío en nuestras manos. Y justo a la mañana siguiente me llegó este estremecedor mensaje de una amiga de Atenas:
“Te escribo porque tienes que saber y trasmitir a los demás que estamos en medio de una guerra que me veo incapaz de describir. Las 24 horas del día los medios aterrorizan a la gente, de una forma tan dramática y agresiva que parece salida de una novela de Orwell… Está claro que quieren derrocar a este Gobierno y a nuestro primer ministro. Es como si estuviéramos en la Chile de Allende y no en Grecia. Todo puede ocurrir. Le ofrecen dinero a la gente para que voten SÍ. A los políticos tratan de comprarlos con 5 millones para que sean el próximo Efialtes de nuestra historia. Resistiremos hasta el final, incluso si lo perdemos todo, pero tienes que saber lo dramática que es esta lucha…”.
A pesar de su brevedad, las imágenes son suficientes para retratar una realidad que debería avergonzar a Europa: la misma esencia de la democracia ahogada en el mismo lugar donde nació, los valores que su misma idea encarna, tales como la solidaridad, la honradez, el respeto mutuo, enfangados, asesinados por el triunfo del materialismo y la codicia.Grecia siempre fue un país austero. Desde hace treinta siglos, que son muchos, importó más vivir con equilibrio que vivir con posesiones materiales. Sócrates, la quintaesencia del carácter griego, comentó un día contemplando el “escaparate” una tienda de entonces (que debería ser humilde, como toda Atenas en el siglo V a.C.): “Fíjate cuántas cosas necesita hoy la humanidad!”. Y sin embargo, y desgraciadamente, se necesita un mínimo para sobrevivir, para mantener la dignidad. Y es ese mínimo el que Europa quiere ahora arrebatar a Grecia.
Da la impresión de que no es cobrar la deuda lo que importa. Lo que importa en realidad, como dice mi amiga María, es echar a un gobierno que no conviene. Un gobierno diferente, que no va a hacer lo que tantos gobiernos aliados con el neoliberalismo, que solo buscan el enriquecimiento exponencial de sus miembros y de sus afines a expensas de las clases trabajadoras, cada vez más hundidas y esclavizadas, cada vez más abajo, cada vez más lejos.
En la historia de la humanidad vemos que cíclicamente se desencadena una revolución para invertir ese proceso y devolver el poder al pueblo. Una revolución que esta vez podría ser preventiva y pacífica y cuya cara visible es el Gobierno de Alexis Tsipras. Porque, si este digno presidente lograra sacar adelante a sus conciudadanos, la llama de esta revolución en las urnas se extendería a toda Europa. Y no interesa. Hay que acabar con ellos. Es más importante que cobrar la deuda.
Demandé a María más información. Ella y su hermano Kostas me enviaron el escrito que traduzco a continuación:
A nuestros amigos de España:
 Probablemente estas sean las horas más cruciales de la historia de Grecia después del fin de la dictadura en 1974. Nuestro país está pasando por una verdadera tragedia clásica hace ya cinco años, pero sin la catarsis aristotélica. Las máscaras de los protagonistas han caído. El pueblo griego está sufriendo una dramática y agresiva política de terror y propaganda contra el gobierno legítimamente constituido. Esto no es una declaración de principios o un manifiesto político. Es solo una enumeración de hechos constatables.
Hablamos como seres humanos, ciudadanos y demócratas que tienen la sensación de vivir en la Chile de Allende y no en la Grecia de antaño. No los tanques, no las armas, sino los banqueros, los medios, el chantaje, conforman esta maquinaria autoritaria y antidemocrática. Desde que nuestro primer ministro anunció el referéndum, la interpretación del mismo como “golpe de estado” ataca a la misma esencia de la democracia. Esto nos trae a la mente la novela de Orwell “1984”: son las estrategias políticas europeas lo que sí suponen un golpe de estado real contra nuestra herencia democrática.
Queridos amigos de España: el último artículo de nuestra Constitución, el 120, párrafo 4, dice que “La observancia de la Constitución se confía al patriotismo de los griegos que tendrán el derecho y el deber de resistir por todos los medios posibles contra cualquiera que intente abolir esta Constitución por la fuerza”. Esta es, entre otras, la base legal de este referéndum y de los principios democráticos que defendemos. Pero, en este clima de miedo, terror, pauperización social y agonía constante, la resistencia y la defensa de estos principios son cuestionables si se comparan con la supervivencia.
Con profundo respeto y agradecimiento por vuestra solidaridad: Maria Chatzichristodoulou (Profesora de Historia) y Konstantinos Chatzichristodoulou (Abogado).
El pueblo griego conseguirá superar esta crisis, como ha conseguido superar tantas otras a lo largo de su historia. No sabemos el cómo. Pero sí es cierto que la herencia que de ellos hemos recibido está aún y estará siempre en nosotros. Puede ser que Grecia tenga que salir de la eurozona, pero nunca va a salir de Europa.

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