Lassana Bathiely, un joven musulmán de 18 años de origen malí, empleado del supercerdado “Hyper Cacher”, salvó la vida de 15 personas durante la toma de rehenes que se produjo por parte del secuestrador integrista, Amedy Coulibaly, en este supermercado judío de comida ‘kosher‘ –tipo de comida que según la tradición judía respeta los preceptos bíblicos del cashrut, lo que se puede y no se puede comer–, donde trabajaba como empleado.
Bathiely se encontraba trabajando en el escenario de los trágicos sucesos cuando el secuestrador, Amedy Coulibaly, asaltó la tienda. A fin de proteger a las víctimas del asalto, Bathiely abrió la puerta de la cámara frigorífica del supermercado.
“Cuando [los clientes] corrían […] abrí la puerta. Varias personas entraron conmigo. Apagué la luz y apagué el congelador”, contó al medio francés BFMTV. “Cuando estábamos en la habitación, cerré la puerta, y les dije: ‘Mantened la calma: vamos a salir'”, recordó.
El funcionario del municipio de Val-de-Marne, Malik Yettou, dijo que logró contactar por teléfono móvil con uno de los rehenes que se hallaban dentro de la cámara frigorífica. Una de las personas le dijo que allí hacía mucho frío, pero bromeó: “Vamos a abrir una botella de vino, aquí hay mucha gente”.
Asimismo, Bathiely explicó que los rehenes fueron a su vez informados por teléfono del fin de la operación especial de la Policía. Durante la operación, una decena de agentes del RAID, cuerpo de intervención de la Policía, lanzaron granadas en el interior del supermercado judío “Hyper Cacher” para comenzar su asalto, de acuerdo con las imágenes difundidas por la televisión francesa. Cuatro rehenes murieron, además del secuestrador, Amedy Coulibali. La policía ha identificado ayer a las cuatro víctimas que se produjeron entre los rehenes. Se trata de Yoav Hattab, Philippe Braham, Yohan Cohen y François-Michel Saada.
Casi paralelamente murieron los hermanos Kouachi, que se habían parapetado en una imprenta en Dammartin-en-Goele, al noreste de París, donde habían tomado un rehén al que finalmente dejaron escapar libremente, y donde a las 15:55, hora Greenwhich, se escucharon los primeros disparos; estos fueron acompañados de unas explosiones de lo que parecían granadas de humo.
Cinco minutos más tarde pudo oírse una nueva ráfaga de disparos, tras lo que agentes del cuerpo de élite de la Gendarmería, el Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), se apostaron en el techo de una de las naves.
Los hermanos Kouachi –presuntos autores de la masacre del miércoles en Charlie Hebdo, en la que fueron asesinadas 12 personas– salieron de la imprenta disparando a las fuerzas de seguridad con fusiles kalashnikov; estas respondieron a los disparos, causando en el acto la muerte de los hermanos.
Tras el asalto, los rehenes liberados felicitaron a Bathiely y le agradecieron su ayuda, cuenta el joven. Bathiely es considerado ahora un héroe.
Mientras tanto, según el diario judío HaAretz.com, las respuestas en numerosos medios de prensa del Mundo Árabe van desde la rabia contra quienes perpetraron los asesinatos hasta el miedo a que los atentados provoquen una oleada de racismo, arabofobia e islamofobia en Francia. De este modo, los periodistas árabes presentan, de forma casi generalizada, posturas ante los hechos que la mayoría de medios “occidentales” omiten de manera irresponsable, cuando no soslayan.
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