Los colonos israelíes han desarraigado al menos 5000 olivos jóvenes en los campos agrícolas de la aldea Turmusaya en el norte de Ramalá, en la ocupada Cisjordania, declararon el jueves los testigos locales.
El ataque de los colonos a los campos, realizado varias veces durante la semana que pasó, tiene como objetivo asegurar a los agricultores palestinos de que ya no podrán cultivar en sus campos y obligarlos, de este modo, a abandonar la zona y dejarla para ser confiscada por los colonos.
Los olivos fueron plantados en honor a Ziad Abu Ein, un oficial palestino quien perdió la vida después de ser golpeado por un soldado israelí durante una marcha celebrada el pasado 10 de diciembre en apoyo al cultivo de árboles y en contra de la confiscación de las tierras por el régimen de Tel Aviv.
Según Jamil al-Barquti, presidente del Comité de Resistencia contra el Muro y los Asentamientos, los “bárbaros actos” de los colones se cometen bajo la protección del ejército israelí.
Al-Barquti enfatizó que el comité que encabeza ayudará a los agricultores para volver a plantar miles de olivos en los campos y les ofrecerá todo tipo de ayuda para cultivar, de nuevo, estos campos.
Prender fuego y arrancar de raíz los árboles de aceitunas durante el proceso de recolección de frutos, destruir los campos y contaminar aguas palestinas es parte de los actos intimidatorios de los colonos israelíes para presionar a los residentes palestinos a abandonar sus casas.
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