El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) que la Administración de Obama busca firmar es un asalto a los trabajadores, ya que está destinado a una mayor dominación corporativa, dice el activista Noam Chomsky.
Aunque el Gobierno de Barack Obama —que ha estado negociando desde hace años para ser miembro del TPP, así como otras 11 naciones del Pacífico— todavía no ha firmado el acuerdo, grupos de intereses corporativos estadounidenses ya han manifestado su fuerte apoyo al TPP, que describen como un acuerdo de libre comercio que fomenta el crecimiento económico.
Sin embargo, varios expertos aseguran que ese tratado tendrá efectos negativos sobre todo en el acceso a medicinas, cultura, libertad en internet y en las regulaciones medioambientales. No en vano, los sindicatos de trabajadores y una serie de grupos tradicionalmente liberales, así como ecologistas y defensores de la salud pública, han criticado duramente las negociaciones.
El lingüista, activista y analista político estadounidense Noam Chomsky considera que ese acuerdo busca poner "en competencia entre sí a los trabajadores de todo el mundo para bajar los salarios y aumentar la inseguridad". El experto argumentó en declaraciones al diario 'The Huffington Post' que gran parte de las conversaciones abordan cuestiones fuera del comercio ya que, según él, se centran más en imponer nuevas normas de propiedad intelectual en el extranjero y aumentar el poder político de las empresas.
Por otro lado, Chomsky lamentó que el acuerdo —al que tachó de ser en concreto "una escalada de metas políticas neoliberales"— sea un "secreto para la población, pero no para los negociadores de las corporaciones".
La población total de los países miembros de la unión sería de unos 800 millones de personas, y su PIB alcanzaría un 40% del índice mundial. Lori Wallach, una de los líderes del grupo estadounidense Public Citizen de defensa del derecho del consumidor, contó a RT que el acuerdo representa una gran amenaza para los países miembros de la asociación y sus habitantes, y que además existe un cierto peligro para algunos países de la zona.
Sin embargo, varios expertos aseguran que ese tratado tendrá efectos negativos sobre todo en el acceso a medicinas, cultura, libertad en internet y en las regulaciones medioambientales. No en vano, los sindicatos de trabajadores y una serie de grupos tradicionalmente liberales, así como ecologistas y defensores de la salud pública, han criticado duramente las negociaciones.
El lingüista, activista y analista político estadounidense Noam Chomsky considera que ese acuerdo busca poner "en competencia entre sí a los trabajadores de todo el mundo para bajar los salarios y aumentar la inseguridad". El experto argumentó en declaraciones al diario 'The Huffington Post' que gran parte de las conversaciones abordan cuestiones fuera del comercio ya que, según él, se centran más en imponer nuevas normas de propiedad intelectual en el extranjero y aumentar el poder político de las empresas.
Por otro lado, Chomsky lamentó que el acuerdo —al que tachó de ser en concreto "una escalada de metas políticas neoliberales"— sea un "secreto para la población, pero no para los negociadores de las corporaciones".
La población total de los países miembros de la unión sería de unos 800 millones de personas, y su PIB alcanzaría un 40% del índice mundial. Lori Wallach, una de los líderes del grupo estadounidense Public Citizen de defensa del derecho del consumidor, contó a RT que el acuerdo representa una gran amenaza para los países miembros de la asociación y sus habitantes, y que además existe un cierto peligro para algunos países de la zona.
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