Están nerviosos. Saben que dentro de un año tendrán que sellar un pacto contra natura (de facto ya lo han hecho). Firmarlo será la última opción, pero no por ser antinatural, que no lo es, teniendo en cuenta la base capitalista de ambas ideologías, sino porque habrán de romper la fundamental regla del circo: la puesta en escena. Ya no podremos volver a oír el manido “y tú más”, porque será un“nosotros”.
El acoso y derribo a Podemos era de esperar, no en balde todos los medios de manipulación de masas –prensa, radio y televisión- son suyos, de unos o de otros, de ellos; y no van a permitir que cuatro niñatos desocupados les quiten el sueño y usurpen su afianzado poder. Por ello, de aquí a las elecciones vamos a oír no pocas críticas al nuevo partido, diatribas basadas en la descalificación, cuando no en la mera difamación, que es lo que ellos, sobre todo el Partido Popular, saben hacer mejor. No se les puede exigir más originalidad y creatividad a quienes están dispuestos a seguir haciendo lo mismo de siempre. Ellos continúan instalados en el “y tú también”, en el “tu padre se ha beneficiado de un subsidio, una prebenda…”, en el “te han dado una beca por tu cara bonita”. Poner eso en la misma balanza que los ERE, los Bárcenas o los Gürtel, en el latrocinio organizado, y querer equipararlos resulta vergonzoso.
Hace poco me enviaron, como cosa excelsa, un artículo que publicó El País en noviembre, firmado por el escritor y filósofo Félix de Azúa, autor de innumerables obras y ensayos. Sinceramente, esperaba más calidad de tamaño currículum. A cuenta de la beca que disfrutaba Íñigo Errejón, el filósofo sacó la metralleta y comenzó a disparar contra todo lo que se movía en Podemos. Pero, más fuerte que su brazo, el arma se le fue de las manos y las balas siguieron su propio rumbo; el tiro salió por la culata. Según se desprende de sus palabras, una de las peores cosas de Podemos es que es un partido de profesores de Universidad. Es la primera vez que oigo que tener ese estatus, es decir, ser doctor, una persona con un alto nivel cultural y académico, sea un demérito para la Política. No digo, como Baroja, que el mejor régimen sea la dictadura de los intelectuales, pero de ahí a criticar la entrada de éstos en Política media un abismo. Es de mercachifles de lo que estamos hartos. Además, la acusación resulta ridícula, pues es inconcebible que un partido tenga tal auge contando sólo con el apoyo de la Universidad.
Félix de Azúa ha abierto la veda; ya cualquiera que haya obtenido una beca de investigación está deshonrado y debe sentir la reprobación de todo español de bien, porque es un parásito, porque vive de una institución que sólo sirve para alimentar estómagos agradecidos. No es difícil ver el asunto desde el punto de vista opuesto: estas becas sirven para que la Universidad y el país consigan estudios realizados por personas con altísima preparación a un módico precio. Por ello, mucha gente bien instruida acaba en el extranjero, en países que saben apreciar mejor lo que tienen y lo que tenemos los demás.
Tan furibundamente arremete el señor de Azúa contra la Universidad que uno se olvida de que el blanco de sus críticas era Podemos. Habla de endogamia y de perfiles a medida para obtener las plazas, de una caterva de inútiles impartiendo clases, de un Sistema Educativo mediocre… Las descalificaciones colectivas son tan fáciles como injustas. Es tan cierto que hay profesores mediocres en la Universidad, tanto desde el punto de vista pedagógico como desde el investigador, como que los hay excelsos, profesores que trabajan incansables y publican en revistas prestigiosas sabiendo que su sueldo no va a depender de ello. Yo ya he escrito mucho acerca del Sistema Educativo, de sus virtudes y sus defectos, y no me quiero repetir, pero si hay cosas que van mal, debemos buscar responsabilidades en aquellos que están encargados de su diseño, mantenimiento y progreso, es decir, en el PSOE, que ha estado veintiún años en el gobierno, en el PP, que lleva once más cuarenta y cinco, y en CiU, que ha manejado muchos hilos desde la sombra. El sistema de acceso, que evidentemente propicia la endogamia, es una concesión que González hizo a Pujol, que sólo quería catalanes en su Universidad. Mira por dónde, el señor de Azúa y yo vamos a estar de acuerdo en algo. Lo que nos faltaba por leer es que se responsabilizara a un partido neonato del funcionamiento y de la historia de las instituciones.
Ni inculpo ni exculpo a Errejón; no tengo suficientes elementos de juicio. Si de alguna manera se ha beneficiado indebidamente o no ha cumplido con el trabajo para el que fue contratado, deberá asumir las consecuencias. Sin embargo, no es eso lo que dice la Universidad de Málaga, que está conforme con los estudios presentados, en forma y plazo. Por lo que he leído, la infracción de Errejón consiste en haberlo realizado desde Madrid. Así pues, debemos poner las cosas en su sitio y darle a los hechos su justa dimensión.
Podemos puede sacar de esto una conclusión bien clara: no se les va a perdonar ni una y cada caso que surja será sobredimensionado por los poderes mediáticos. Ésos sí que son“podemos; y lo hacemos porque podemos”. Resulta indignante que los que tienen en el ojo más vigas que las que les caben aprovechen la paja más nimia en el ajeno.
En la próximas Elecciones Generales vamos a contemplar un escenario curioso. Podemos no puede ganar con mayoría absoluta. Hay demasiado dinero, demasiadas estrategias y planes en juego como para que se vayan sin más aquellos que complacen a los ricos y a los poderosos. Este partido necesita mayoría absoluta, porque en su apuesta sólo puede pactar con IU, a la que va a hundir. Por otro lado, el PP y el PSOE se han cerrado tantas puertas, tienen tan poco donde elegir, que habrán de pactar entre ellos. Va a ser divertido verlos bailar con la más fea.
Aún no sé si votaré, pero no quiero que Podemos llegue al gobierno. Me gustaría, sin embargo, verlos hacer una oposición dura y constante. No quiero que lleguen porque el vino necesita una buena añada y tiempo de crianza; y ellos no lo han tenido. Son fruto de la situación y del momento, por oposición y contestación al egoísmo reinante. Es un movimiento bonito, el pueblo que se une, pero necesita afianzarse, saber lo que quiere ser y con quiénes contar. Hoy en día, además de plasmar una ideología y presentar un plan integral para el país, el reto más importante que tiene este partido es la criba, saber quién entra y quién no. Afortunadamente, en Sevilla le han dicho no a ese difamador narcisista que dice abanderar la causa gitana, pero en realidad ha venido al mundo para convertir en boñiga todo lo que toca. Muchos oportunistas quieren subirse ahora al carro de los triunfadores en ciernes; saber que éstos tienen criterio para cerrarles las puertas es buena noticia.
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