Un general español puede haber sido quien ordenó a Turquía derribar el caza ruso Sujoi Su-24 cerca de la frontera turco-siria, según un informe publicado este miércoles.
El espacio aéreo del sur de Europa, desde las Azores (al oeste de Portugal) hasta la frontera oriental de Turquía con Siria, Irak e Irán es vigilado desde el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC), en la base aérea de Torrejón (centro de España), de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), bajo mando del general español Rubén García Servert.
El mencionado general español tiene a su disposición a cerca de“200 militares de una quincena de países de la OTAN, que disponen de 90 radares de última generación esparcidos por los casi once millones de kilómetros cuadrados de cielos que deben escrutar", y puede ordenar ataques o desplegar cazas para proteger el espacio aéreo del sur del continente verde, afirma el periodista español Ignacio Cembrero en un artículo publicado en el diario electrónico El Español.
Las ordenes para interceptar, identificar y derribar un blanco posiblemente hostil deben ser emitidas por el general español o uno de los subordinados. "Si hay que derribar un enemigo, soy yo quien toma la decisión final", dijo Servert a principios del año en una entrevista con el rotativo español El Mundo.
No obstante, para un miembro de la OTAN en cuyo espacio aéreo penetre un avión intruso sería posible descolgarse de la alianza y hacer frente al enemigo por su propia cuenta.
"¿Quién tomó la decisión de derribar el martes el avión Su-24 ruso que supuestamente había penetrado en el espacio aéreo de Turquía? ¿El comandante en jefe de la Fuerza Aérea turca, general Abidin Unal, de 62 años, o el general de división del Ejército del Aire español Rubén García Servert, de 57 años?", se pregunta Cembrero, antes de asegurar que en los próximos días se sabrá con seguridad quien fue el que ordenó derribar la aeronave rusa.
El martes, cazas F-16 Fighting Falcon turcos derribaron un Sujoi Su-24 ruso que, según Ankara, se había adentrado en el espacio aéreo de Turquía, versión de los hechos rechazada por Rusia.
Por su parte el presidente ruso, Vladimir Putin, ha descrito el derribo del avión militar ruso diciendo que fue “como si los cómplices del terrorismo nos hubieran apuñalado por la espalda”, y ha ordenado el despliegue de baterías antiaéreas S-400 en el territorio sirio para proteger sus aviones de guerra.
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