GUSTAVO HERREN / ARGENPRESS – Los servicios de Inteligencia del Estado argentino se hallan influenciados e infiltrados en distintos niveles por Estados Unidos, Israel y la Inteligencia británica, mientras los sectores de Contrainteligencia no logran cumplir con sus objetivos específicos. El problema no es reciente sino que ocurre desde el largo plazo.
Lo pone nuevamente en evidencia el caso de la muerte del fiscal Nisman, que desde 2004 investigaba los atentados en la embajada de Israel (1992) y la mutual judía AMIA (1994) que dejaron 114 muertos y centenares de heridos. Su velatorio fue privado y familiar, salvo por la presencia del embajador de Estados Unidos en Argentina, Noah Mamet. Nisman, tenía una revelada relación con agentes clave de operaciones encubiertas de la Inteligencia local, y a su vez, ambas partes dependencia funcional de servicios extranjeros como la CIA, el FBI y el Mossad. La infiltración de la CIA en los Estados, mediante gobernantes y funcionarios utilizando la doctrina de la Guerra Política de Inteligencia, es ampliamente conocida.
Que un fiscal de la Nación o cualquier funcionario público, sea funcional a intereses de países extranjeros realizando líneas directrices de sus servicios de Inteligencia y sus respectivas embajadas es una amenaza grave para la Seguridad Nacional de la República y los intereses de su pueblo, de hecho a fines de 2014 Nisman había sido denunciado por el delito de traición a la patria (1). También respecto a la gravedad de la injerencia externa, es preocupante la aceptación tácita como hecho ‘natural’, el silencio, la laxitud y la falta de rechazo enérgico por parte de los poderes de gobierno, la oposición y al menos de las fuerzas vivas de la sociedad (salvo contadas excepciones), lo que demuestra implícitamente complicidad, corrupción o un alto grado de indiferencia propio de mentes colonizadas y serviles, fruto de una tarea de zapa realizada por décadas sobre gran parte de la población, subyacente en las políticas de cultura y educación pública y complementada por los principales multimedios de información lacayos de la burguesía local y las potencias occidentales capitalistas, uno de cuyos objetivos es dominar la ideología del pueblo. Más aún cuando ha sido demostrado que Estados Unidos, espía y vigila ilegal y alevosamente a las máximas dirigencias de los países del mundo, incluyendo a sus aliados, y cuando la CIA abre cárceles clandestinas utilizando sistemáticamente la tortura como medio de interrogatorio y comete ejecuciones extrajudiciales (caso del uso letal de los drones).
Desde antes y durante las dictaduras militares liberales, la Contrainteligencia argentina, es decir la responsable de proteger al país y a los organismos de Inteligencia de las actividades y penetración de los servicios de Inteligencia extranjeros (en Estados Unidos corresponde la tarea al FBI y la CIA), por diversas causas ha estado lejos de cumplir con éxito sus objetivos. Sea por corrupción y debilidades en su propia estructura, o por falta de mando, candidez, ignorancia supina, corrupción y hasta traición en las dirigencias políticas con poder de decisión y en las máximas autoridades de los gobiernos.
Tal es el nivel de penetración extranjera y degeneración, que desde 1964 por un convenio firmado por el gobierno de Arturo Illia y Washington, personal militar estadounidense del Pentágono (llamado Grupo Militar de Estados Unidos) venía ocupando ininterrumpidamente oficinas del edificio Libertador del Ministerio de Defensa de Argentina. Recién fueron desalojados en 2009 por la ministro de defensa Nilda Garré. Pero no solo en el Ejército Argentino había presencia militar estadounidense directa, sino en las sedes principales de las otras dos fuerzas, el edificio Libertad de la Armada y en el edificio Cóndor de la Fuerza Aérea.
Al finalizar la dictadura militar en 1983, el presidente Raúl Alfonsín encontró la Inteligencia saturada de militares y separó unos 1200 agentes, que más tarde le hicieron múltiples operaciones de desestabilización. Increíblemente, encargó la reestructuración del sector a servicios de Inteligencia extranjeros, la Securité francesa y el Mossad israelí, que obviamente plantaron sus propios agentes, además de los espías de la CIA y la históricamente presente Inteligencia británica (actualmente MI6) que opera en el país en forma continuada desde antes de 1810. Este servicio secreto tiene el pragmatismo geopolítico y la experiencia en subversión interna propias de uno de lo más antiguos del mundo, fundado en 1580 por sir James Walsingham basado en el servicio de Inteligencia de Venecia (Consiglio dei X; Consejo de los Diez).
Durante las guerras de la independencia argentina, no hubo institucionalizado un servicio de Inteligencia que pudiera neutralizar a la Inteligencia británica. Hacia fines de 1940 solo existía la Inteligencia militar y de las fuerzas de seguridad, el gobierno del general Perón creó un organismo llamado Control de Estado, que más tarde se transformaría en el servicio de Inteligencia civil del Estado (SIDE).
El servicio de Inteligencia británico opera, más que con la fuerza con la inteligencia. Es notable el caso del nombramiento por decreto en 2012, de una ciudadana británica, Natalia Federman, como Directora Nacional de Derechos Humanos en el Ministerio de Seguridad de la Nación, a pesar de que la legislación argentina prohíbe que los extranjeros ejerzan funciones públicas claves. Su padre que fue funcionario de la embajada británica por 20 años, había declarado sobre el envío de plataformas petroleras al Mar Argentino ‘…El Reino Unido no tiene duda alguna acerca de su soberanía sobre las Islas Falkland (Malvinas) y los territorios circundantes, y sabe muy bien que la exploración de hidrocarburos es un proyecto totalmente legítimo’.
Durante las relaciones carnales con los Estados Unidos del gobierno neoliberal de Carlos Menen (1989-1999), la Mossad y la CIA obtuvieron un máximo relativo de influencia, que disminuyó cuando en el siguiente gobierno liberal de Fernando De la Rúa (1999-2001) se reveló por imprudencia, la identidad del jefe de la CIA en Buenos Aires. Aunque la relación volvió a recomponerse en 2002, cuando el entonces presidente Eduardo Duhalde pidió ayuda al Departamento de Estado pare refinanciar la deuda externa con el FMI, y en la respuesta le llegó como sugerencia que arreglara el problema con la CIA. Desde allí, se observa que la autoría de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA comenzaron a focalizarse muy fuertemente sobre Irán, eclipsando a todas las líneas de investigación anteriores (el misil Condor y la pista siria, la pista pakistaní, el autoatentado del sionismo para hacer fracasar el acuerdo de Rabin y Yasser Arafat, y luego la conexión local), y que siguieron todos los gobiernos posteriores. Irán, era uno de los principales enemigos a los que Washington evaluaba en ese momento lanzar un ataque militar directo. En 2007, el general estadounidense en retiro Wesley Clark había revelado que, poco después del 11-S, el gobierno de George W. Bush tenía planeado atacar e invadir siete países en cinco años: Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.
Que la oposición política al actual gobierno no haya denunciado y rechazado de plano la influencia extranjera sobre el desempeño del fiscal, no es de extrañar, ya que al menos los tres candidatos (todos derechistas) que según algunas encuestas poseen actualmente probabilidad de acceder a la presidencia de Argentina para el próximo período 2015-19, Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli tienen una relación de alineamiento casi incondicional con los Estados Unidos-Israel-Inglaterra y los atlantistas, opuesta a la integración latinoamericana, aunque en sus campañas políticas tratan de ocultarlo pero que se hará más que visible ni bien llegaran a asumir el cargo.
Al respecto cabe recordar algunos tópicos sobre estos candidatos, de los que no por casualidad poco se habla. Así el candidato Sergio Massa, que según las nuevas técnicas de campaña es vendido al público como producto mediático por los grandes medios de comunicación afines a la oligarquía local y al capitalismo occidental, se formó como dirigente en la ideología del liberalismo económico de la Unión de Centro Democrático, creada por el ultraliberal ortodoxo Alvaro Alsogaray, que predicó la doctrina liberal adaptada luego por Estados Unidos como neoliberalismo, que fue adoptada por la dictadura militar, y expresidentes como Carlos Menem y su ministro de economía Domingo Cavallo en la década de los ’90, llevando al país al colapso en el 2001 con la defección de Fernando de La Rúa.
Según WikiLeaks hacia 2009, cuando Massa estaba por dejar la Jefatura de Gabinete del gobierno de Kirchner, su asesor el empresario inmobiliario O’Reilly constructor de varios barrios privados en el municipio de Tigre, era su nexo con la embajada de Estados Unidos, como lo mostró en el asunto del ocupante Grupo Militar de Estados Unidos, y en una reunión en Buenos Aires entre la representación estadounidense de la bancada demócrata del senado con Massa y Esteban Bullrich (del partido de Macri, el otro candidato presidenciable alineado con la embajada) (2).
En el plan neoliberal de los ’90 ejecutado por el gobierno de Menem-Cavallo, los organismos de préstamo internacional, es decir el Imperio con el Consenso de Washington y los colonialistas de Europa occidental requerían la llamada ‘descentralización de los municipios’. Estos, deberían llegar a tener funciones que hasta entonces solo eran propias de la Nación y los gobiernos provinciales. Se harían cargo de la educación, salud, seguridad, obra pública y la acción social, esta última un arma vital para el clientelismo político. Así ocurrió, llevándose a cabo una reforma estructural silenciosa a espaldas del pueblo, en que la idiosincrasia municipal pasó en forma unilateral de ser una institución que se ocupaba principalmente del mantenimiento de la vía pública a ser un ente recaudador y político, que hoy sirve a los intendentes como plataforma política de lanzamiento para sus intereses y aspiraciones a futuros gobernadores, congresistas y el cargo mayor, futuro presidente de la Nación.
Así en 2010, Massa ya como intendente del municipio de Tigre (provincia de Buenos Aires), viajó a Estados Unidos donde se reunió con la cúpula del FBI y la Policía de Nueva York, para tratar el tema de la ‘inseguridad’. Problema que además de su importancia en sí, es amplificado en varios órdenes por los grandes multimedios del gran capital para ser e instalado como agenda en la población, y de este modo pueda ser usado como herramienta política. El FBI tiene un comando y un grupo de trabajo unificados para todo lo vinculado a Inteligencia y seguridad, monitoreando comunicaciones, cámaras privadas y públicas. Las cámaras en la vía pública en general aceptadas por los ciudadanos como paliativo a la inseguridad, si bien son publicitadas y promocionadas para prevenir delitos mediante el seguimiento de los ciudadanos, en realidad tienen una doble función. Poco se dice que pueden utilizarse como panóptico para Inteligencia interna (no solo a nivel estatal sino policial, de fuerzas de seguridad y municipales) y para control social y de cualquier movimiento de oposición política. Massa, fue premiado en Estados Unidos por el uso del Sistema de Información Geográfica (GIS), una base de datos cartográficos que con la información relevada conforman un sistema único integrando para tener actualizada la vigilancia territorial, indispensable al menos para la recaudación fiscal. En Estados Unidos, Massa también se reunió con representantes de la American Jewish Committee; con Jeff Davidow ex subsecretario para América Latina de Clinton y asesor de Obama en Asuntos Latinoamericanos y Relaciones Internacionales. Luego dio una disertación en el Council of Americas (Consejo de las Américas, templo sagrado del capitalismo del libre mercado) reuniéndose con un selecto grupo de empresarios e inversores norteamericanos. Posteriormente, Massa recibió en Argentina a la entonces embajadora de los Estados Unidos, Vilma Martínez, quien lo elogió por el crecimiento económico y el planeamiento del distrito, enfatizando la voluntad de seguir fortaleciendo los vínculos con su país y la apertura a nuevas inversiones norteamericanas. No es menor tampoco que hacia fines de 2014, Massa y Macri se reunieran en Buenos Aires con el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, elogiando su gestión.
Por otra parte al mejor estilo de un agente inorgánico de un Estado extranjero, el presidenciable Macri declaró alegremente que había ido a pedir ayuda a la embajada de los Estados Unidos, de Israel, a la CIA, a la DEA y al Mossad para tomar una decisión de Estado nada menos que en materia de seguridad, dijo ‘…Para no improvisar, nos reunimos en equipo y dijimos ¿Quiénes son los que pueden tener una foto más clara de qué es lo que pasa en la Argentina con la seguridad?…. Los servicios de inteligencia mejores del mundo, tipo el Mossad. Entonces, fuimos a la embajada de Estados Unidos y la de Israel y les dijimos: queremos que nos recomienden cuál es el mejor policía. Y las dos sin hablar entre ellos dijeron, el señor Palacios. Y ahí arrancamos a proponerle al señor Palacios para que liderase la construcción de una nueva policía (la Metropolitana)… Fue una recomendación de dos servicios de Inteligencia extranjeros que saben mucho quién es quién. Sobre lo cual no improvisamos… Tanto en la embajada de los Estados Unidos como en la de Israel nos recibieron las máximas autoridades’.
El comisario retirado Jorge (Fino) Palacios, que Macri nombró como Jefe de la flamante Policía Metropolitana, había sido acusado en la Justicia por encubrimiento en el atentado de la AMIA, sospechado por su relación con un reducidor de automóviles robados que era parte de la banda de secuestradores que asesinó a Axel Blumberg, de un montaje policial ilegal contra la viuda de Pablo Escobar Gaviria (jefe del narcocartel de Medellín) y participó de la represión contra el pueblo en la crisis de diciembre de 2001, además sus vínculos con el Mossad y la CIA no son una novedad. Posteriormente, el mismo Macri fue procesado por instalar en el ámbito del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una estructura de inteligencia subterránea (que alimentaba paralelamente a la Policía Metropolitana), para misiones de inteligencia interior que la ley prohíbe. Por carácter transitivo, el servicio de Inteligencia clandestino macrista estaba además al servicio de potencias extranjeras, ya que era operado por agentes nombrados por recomendaciones expresas de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos e Israel, aunque por supuesto éstos lo niegan.
En realidad la Embajada Imperial, dulce hogar de la CIA construyó a través de ésta y su entrelazamiento con la Secretaria de Inteligencia local y otros servicios (en que participan la embajada Británica y de Israel), una vasta red de captura de información en todos los nodos clave que puedan proyectar poder de decisión, desde los gobiernos nacional, provinciales, municipales, fuerzas armadas, de seguridad, policiales, servicios de Inteligencia, instituciones empresariales, gremiales y demás, de modo que dispone de una base de datos sobre justamente, quién es quién. Aunque esto es solo una pequeña parte en su arsenal de recursos de Inteligencia. Su doctrina de operación es de espectro completo dentro de la Guerra Política de Inteligencia que Estados Unidos desarrolla en cada país, dirigida a conocer al enemigo, sus intenciones y objetivos. En general, la Embajada no trasmite órdenes directas, sino señales. Su poder invisible que nadie nombra se basa en el miedo, y para quienes buscan construir poder político alineados con el poder imperial, un error en la interpretación de esas señales puede costarles muy caro.
El candidato Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, que ingresó a la política por Carlos Menem, fue funcionario en el gobierno de Duhalde y vicepresidente de la Nación en el de Néstor Kirchner, viajó en 2011 a Israel reuniéndose amablemente con premier Benjamin Netanyahu, el canciller Avigdor Lieberman y los ministros de Industria y de Seguridad, muy interesado en la técnicas y armamento israelí para la policía bonaerense. En 2014, viajó a Estados Unidos donde dio una conferencia en el Council of the Americas, con la presencia de su CEO, Susan Segal, reuniéndose luego en privado con 40 de sus principales miembros, y recibiendo a representantes de empresas estadounidenses automotrices, cerealeras, navieras, de energía, informática, de comunicaciones, alimentación, petroquímica, agroindustria, e integrantes de la Cámara de Comercio Argentina Americana. También mantuvo encuentros con el ex presidente norteamericano Bill Clinton, con el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, y con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo. En Miami, se reunió con el empresario multimillonario mexicano Carlos Slim, y participó del encuentro anual de la Fundación Clinton, llamado ‘El futuro de las Américas’, donde habló sobre la importancia de la integración (con Estados Unidos, no con Latinoamérica).
En sus campañas políticas para la presidencia, los candidatos impactan a la opinión pública con señuelos de superficie que enmascaran los lineamientos realmente importantes y de fondo con que gobernarán el país y que son los que afectarán la vida del pueblo. Para tener algún indicio de cuáles son esas políticas, basta observar a quiénes adoptan como principales asesores en Economía.
Miguel Bein y Mario Blejer, están entre los economistas referentes del candidato Daniel Scioli. Bein como secretario de Política Económica (viceministro de economía), había participado junto a Machinea y Marx en la gestión del mega-endeudamiento externo con el FMI, durante el gobierno de Fernando De la Rúa, previamente al colapso de 2001 que ocurrió con el regreso de Cavallo, quien recomendó a Mario Blejer como director del Banco Central. Blejer, un economista ultra neoliberal de nacionalidad argentina-estadounidense-israelí fue asesor del Bank of England (Banco de Inglaterra) y trabajó 20 años en el FMI, y fue posteriormente procesado por la causa del ‘corralito’ (apropiación compulsiva por parte de los Bancos de los depósitos de sus clientes).
El candidato Sergio Massa, tiene entre sus asesores económicos a Roberto Lavagna, Aldo Pignanelli, Martín Redrado. La aplicación de una década de neoliberalismo por los gobiernos de Menem y De la Rúa, condujo al colapso y rebelión popular de 2001 que dejó 39 muertos. Sin embargo, el pueblo dividido no logró organizarse políticamente como parece ser el caso actual de ‘Podemos’ en España frente a la crisis producida por el gobierno neoliberal de Rajoy. Así, el entonces presidente Eduardo Duhalde pudo realizar una acción restauradora del status quo de los políticos ya existentes. En 2002 designó como Ministro de Economía a Lavagna, economista con posgrado en las universidades de Bruselas y Harvard, que defiende la construcción de un capitalismo competitivo y sustentable. Por su lado, el economista Aldo Pignanelli sostiene un capitalismo con cierto grado de liberalismo pragmático.
Redrado, formado en el liberalismo económico garduado en Harvard, en 1985 fue colaborador de Jeffrey Sachs en la implementación del programa económico en Bolivia, trabajó en Salomon Brothers en Nueva York y Londres durante algunos años, asesorando en las privatizaciones en Inglaterra, Francia y España, y a principios de los ’90 fue Director de Security Pacific Bank en Estados Unidos. Durante el gobierno de Menem fue presidente en la Comisión de Valores realizando las reformas de desregulación.
Por su parte uno de los principales referentes económicos del candidato Mauricio Macri, es Federico Sturzenegger. Defensor del liberalismo económico, doctorado en el Massachusetts Institute of Technology, docente en la Universidad de California y la Escuela de Gobierno John F. Kennedy en la Universidad de Harvard. Fue elegido el Joven Líder Global en el Foro Económico Mundial de Davos. Cuando fue secretario de Política Económica, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, tuvo lugar el brutal endeudamiento del Megacanje por 60 mil millones de dólares realizada por Cavallo. Al respecto fue posteriormente procesado y sobreseído. Fue Director del Banco Ciudad de Buenos Aires, que acompañó la primera tentativa de arreglar con los usureros estadounidenses y sionistas (fondos buitres), comprometiendo una garantía del fondo de depósitos del Banco Central. El mismo Macri es partidario acérrimo del re-endeudamiento como lo demuestra la deuda externa de la Ciudad que está en un 95% en dólares.
En estas condiciones y con estos candidatos, se puede extrapolar la siguiente conjetura. Es de esperar que Argentina no solo no salga del capitalismo de mercado, sino que aumente su componente de neoliberalismo adaptado al nuevo orden mundial con tendencia multipolar (con China entre los actores principales). En cuanto a relaciones exteriores un cambio de rumbo significativo, recuperar el alineamiento servil con Estados Unidos y Europa Occidental y el distanciamiento del proceso de integración latinoamericana. En economía y finanzas, restaurar completamente el mecanismo de dependencia basado en el sistema mundial del dólar estadounidense que tiene dos componentes: las fuentes y sumideros de dólares.
Entre los elementos principales de las fuentes de dólares están las exportaciones (que seguirían siendo mayoritariamente de materias primas, como dijo Pignanelli (asesor de Massa) ‘…Hay que provechar los términos de intercambio, como por ejemplo, duplicar producción agrícola y de alimentos, la explotación en gran escala de la minería como el Litio y del Petróleo no convencional (muchas Vacas Muertas))’; también son fuentes las inversiones extranjeras (especulativas y no especulativas) donde es de esperar una fuerte apertura; otra fuente de dólares es el préstamo externo, cuyo peso no es menor en el funcionamiento de la economía, además de ser un arma geopolítica de dominación. Sin duda los tres candidatos reiniciarán un nuevo ciclo de mega-deuda (con el FMI, el BM, el Club de París, etc con sus condicionamientos, reformas y ajustes al pueblo), a esto, los liberales le llaman ‘generar confianza y reinsertarse en el mundo’.
Los principales objetos de los sumideros de dólares son, las importaciones, la fuga de capitales y giro de utilidades, las reservas en dólares del Banco central, y los pagos de la deuda externa (lo que se viene haciendo es pagar solo los intereses y refinanciar el capital de deuda tomando más deuda), pagos que también son significativos para el funcionamiento de la economía del país (y que sintonizan a su vez con la dependencia del préstamo externo), además es condición necesaria para que la dirigencia lacaya y cipaya no sea desestabilizada por el Imperio y sus aliados.
Las políticas parecen ser recuperar el superávit comercial dentro del sistema imperial de dominación del dólar, y además llegar al superávit fiscal reduciendo el gasto público lo que para los liberales significa ajuste al pueblo (y como colorario represión social). Recuperar el equilibrio económico-financiero a favor del imperialismo y colonialismo occidental debería ser condición necesaria e ineludible para estos candidatos.
Respecto de los servicios de Inteligencia. En 2012, el gobierno de Obama redireccionó su política exterior disminuyendo la intensidad de su injerencia en Medio Oriente (retiro de tropas de Irak y Afganistán) y por consiguiente el nivel de confrontación con Irán, y concentrando su energía contra Rusia y China, lo cual creo divergencias de intereses geopolíticos prioritarios entre Obama, y los sectores sionistas estadounidenses y del gobierno de Israel. Al mismo tiempo el gobierno argentino realizó un cambio de política al firmar del Memorándum de Entendimiento con Irán, pero también intensificó sus relaciones con Rusia y China. De esta manera el gobierno de Cristina Kirchner alineó aquellos intereses comunes de Washington y Tel Aviv que comenzaron a operar en su contra.
Algunas versiones denuncian que el controvertido atentado a la provocadora revista Charlie Hebdo, fue el momento oportuno para disparar una operación de desestabilización hacia el cambio de régimen o al menos catalizar el desgaste del gobierno argentino, generada por grupos corporativos del Poder Judicial, parte de la oposición política y la burguesía local (con sus usinas multimediáticas) en connivencia con los servicios de Inteligencia del Estado, todos en una cadena entrelazada con los servicios y embajadas de Estados Unidos e Israel. En la operación en sí, no importaba el nivel probatorio de la denuncia del fiscal contra la presidente, porque se cerraba con la persona física del mismo fiscal. Un sencillo mensaje dirigido a la opinión pública, ‘aquí está el cadáver del fiscal que acusó directamente a la presidente de la Nación’. La inferencia elemental es inmediata aunque no necesariamente verdadera, pero el objetivo de la operación en su fase psicológica (psyop) fue cumplido, en cuanto a las actitudes y conductas colectivas que se querían inducir en determinados blancos de la población. Un observable es la marcha del 18-F.
El gobierno actuó sobre algunos de los eslabones de la quinta columna local impulsando una reforma tal que, el servicio de Inteligencia del Estado se transformará en Agencia Federal de Inteligencia. Pero, además de los aproximadamente 2000 agentes efectivos y el personal cambiante que no es de planta, el grave problema para la Seguridad de la Nación está en el funcionamiento efectivo de la Contrainteligencia para neutralizar la penetración de Washington, sus socios y otros. Esto no se toca y menos se habla al pueblo de esa clase de inseguridad. Tampoco están en consideración los servicios de Inteligencia militares, los de las fuerzas de seguridad, los policiales y demás. Es más, si asumieran la presidencia candidatos como los antes mencionados, existe una muy baja probabilidad que al menos en la estructura de Inteligencia estatal pueda haber cambios de fondo que neutralicen la dependencia foránea, para construir una Inteligencia verdaderamente al servicio de la soberanía de Argentina y de su pueblo…
Notas:
1) Ana Delicado, 29/01/2015. http://www.resumenlatinoamericano.org/?p=8344
2) WikiLeaks: El contacto “clave” de Sergio Massa con la Embajada de EE.UU;http://elsolonline.com/noticias/view/108537/wikileaks–el-contacto–clave–de-sergio-massa-con-la-embajada-de-ee-uu
1) Ana Delicado, 29/01/2015. http://www.resumenlatinoamericano.org/?p=8344
2) WikiLeaks: El contacto “clave” de Sergio Massa con la Embajada de EE.UU;http://elsolonline.com/noticias/view/108537/wikileaks–el-contacto–clave–de-sergio-massa-con-la-embajada-de-ee-uu
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