La comunidad árabe nucleada en la Federación de Entidades Argentino Árabes (Fearab) salió a respaldar fuerte al gobierno de Cristina Fernández y denunció a sectores que “intentan desprestigiar” a la mandataria, en relación al esclarecimiento del atentado a la Amia. Apuntó a lo que denomina “el lobby sionista local” integrado por “sectores de la oposición política, personeros de la justicia y funcionarios de inteligencia”, según expresó un comunicado. El secretario general de Fearab, Néstor Suleiman, en diálogo con El Eslabón, relacionó la “campaña de difamación” contra la presidenta a sus posturas soberanas en los foros internacionales, en especial, en los repudios a los crímenes del Estado de Israel. Además, consideró que el caso que investigaba el fallecido fiscal Alberto Nisman “tiene ocultamientos desde el principio” y señaló que sus principales encubridores fueron los mismos grupos de presión que ahora acusan al gobierno.
—El gobierno planteó la sospechosa coincidencia entre la abrupta presentación pública de la denuncia del fiscal Nisman a tan pocos días de la conmoción social que dejó el atentado en París a la revista Charlie Hebdo…
—Es muy difícil ubicar una hipótesis de ligazón del caso Nisman con hechos recientes en el plano internacional, fundamentalmente con lo que ocurrió en la revista francesa (Charlie Hebdo). Pero lo importante a tener en cuenta es la operativa que tiene el sionismo, el lobby sionista, en el marco internacional a través de los organismos de inteligencia. Cuando hablo de «sionismo» hablo de este movimiento que engendró lo que hoy conocemos como Estado de Israel, un movimiento que se nutre de la comunidad judía con influencia económica y política en distintas sociedades, para el sostenimiento de este Estado genocida. Israel no podría realizar toda su proyección geopolítica en la región de Oriente Medio sin la logística del sionismo internacional. No es una actitud paranoica, es la realidad que nosotros vemos. Ahora bien, el caso de Nisman puede estar encuadrado en estas actividades que la inteligencia israelí realiza en muchos escenarios. Quiero aclarar que cuando digo «lobby sionista» no quiero adjudicarle la labor de esta estructura a toda la comunidad judía, que quede claro, es sólo un sector de la comunidad judía, porque hay muchos judíos que no comparten ni la concepción ni el criterio del Estado militarista de Israel, e incluso rechazan y militan en contra del Estado de Israel. Por eso hablo de este «lobby» integrado por algunos dirigentes que afloran claramente y otros que ni siquiera pertenecen a la comunidad judía pero son buenos cuadros del sionismo. Pero no veo vínculos directos entre los que se está dando en Europa y África y que tiene a los grupos fundamentalistas islámicos como protagonistas. Más bien aparece como una cuestión doméstica.
—¿Usted dice relacionada concretamente a los atentados de la Amia y la Embajada?
—Es que la actitud de la inteligencia israelí, por ejemplo en los dos atentados, primero en la Embajada de Israel y después en la mutual de la Amia, tiene mucho que ver. Primero, siempre buscaron adjudicar estos hechos a Irán, o a una pista siria o al Hezbolla. Y en ninguno de los casos han sido pistas a tener en cuenta en una investigación seria porque primero, el Hezbollah aún hoy no tiene la logística militar para hacer ese tipo de operaciones fuera del Líbano. Puede tener afincamiento en su proyección política y militar en el escenario iraquí o sirio. Porque hay toda una alianza entre el régimen iraní, el regime iraquí, el régimen sirio y el Hezbollah, alianza estratégica que obedece al proyecto que en última instancia favorece al colonialismo persa. Con esto quiero decir que no guardo simpatía ni con el Hezbolla ni por los iraníes. Pero lo cierto es que hace más de 20 años no pudo haber una operación así de Hezbolla en el país, es imposible. Ahora, la idea permanente de adjudicar al Hezbollah, a Irán y a Siria es una estrategia que lleva adelante Israel por un lado y que es sostenida permanente por el lobby sionista local. ¿Cuál es el objetivo? Una de las hipótesis es que lo hicieron para desviar la atención y no incluir temas como las internas dentro la comunidad judía, las diferencias entre las dirigencias israelíes.
—-¿Y allí cómo encaja este gobierno, del que se decía que fue el que más hizo para esclarecer el hecho y ahora aparece, según el fallecido Nisman, como el que quiso hacer otro ocultamiento?
—-Yo creo que el gobierno tiene determinadas presiones, en lo político, en lo económico, pero ha tenido un gesto sincero de llegar a una investigación profunda sobre este hecho. Algunos vinculan a Nisman con el ex presidente Néstor Kirchner y yo creo que lo que hizo Kirchner, en aquel momento, como un gesto de buena voluntad, fue armar una fiscalía especial para que se investigue. Se puso el personal de acuerdo a los intereses que demandaba la comunidad judía. Y la interferencia de los organismos de inteligencia extranjeros como la CIA (EE.UU) y el Mossad (Israel), sólo sirvió para desviar la causa hacia otro objetivo, se manipularon las investigaciones y, ahora, apuntan a desprestigiar al gobierno. Este es un gobierno que no está cumpliendo con los designios que quiere tanto la comunidad sionista local como el Estado de Israel. Que quede claro: el gobierno tiene una postura independiente y yo diría hasta soberana en el marco de la política internacional. Con los distintos países que conforman la Unasur se ha llevado una posición muy comprometida con el tema palestino, el gobierno argentino ha sido uno de los que ha manifestado su solidaridad en tiempos del bloqueo a Gaza, mandó dos aviones repletos de suministros para la población bajo sometimiento del Estado militarista de Israel, con un idea clara de romper el bloqueo. Además, abrió una sede diplomática en Ramalah, justamente sede del gobierno autónomo palestino, y la presidenta ha tenido manifestaciones de apoyo a la causa palestina. Y esto molesta, a pesar de que hay algunos funcionarios de la Cancillería que responden a este intento de Israel de bloquear todo intento de acercamiento con el mundo árabe. Por eso, están llevado una política de desprestigio del gobierno argentino, de hostigamiento, y lo hacen no solo en el plano de la política o la diplomacia sino en el aspecto económico. En el pleito que Argentina tiene con los fondos buitres aparece como principal protagonista un grupo que está conducido por un integrante del lobby del sionismo americano: Paul Singer. Esto no es un hecho aislado. Hay toda una política de juntar fuerzas de los sectores interesados en torcerle la voluntad al gobierno argentino en su política internacional
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