En un momento en que la estrategia de la provocación ha llevado a la OTAN a apoyar al gobierno golpista neonazi de Ucrania con el fin de desafiar a Putin en una región que hasta hace bien poco era parte integrante de la extinta URSS, el presidente ruso ha amagado con devolver el golpe con un inesperado "as" que guarda en su manga. Según el diario moscovita "Pravda" se trata de la publicación de las evidencias que prueban la participación del gobierno de Estados Unidos y de los servicios de inteligencia en los ataques del 11 de septiembre, incluyendo imágenes obtenidas vía satélite que muestran la demolición controlada de las Torres Gemelas mediante el uso de explosivos "especiales".
Dicho material demostraría sin ningún género de dudas la implicación de la administración Bush en el colosal fraude que causó cerca de 3000 muertes de ciudadanos estadounidenses, ataque cuya autoría se atribuyó a la organización terrorista Al Qaeda (que no es sino una creación de la CIA, como han reconocido numerosas voces).
La organización Veterans Today, que ha tenido acceso a las pruebas, considera que su divulgación zanjará de forma definitiva toda pretensión de validez de la versión oficial de unos auto-atentados, realizados al servicio de los intereses petrolíferos de la familia Bush y de sus aliados sauditas. De difundirse las imágenes en poder de Putin la credibilidad del gobierno de Washington se derrumbaría, lo que provocaría una oleada de protestas en el país y un retroceso en las pretensiones de los E.E.U.U. de mantener su posición de "gendarme" de la escena internacional.
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